Enhorabuena Papá. Valencia, 2008
4 horas y treinta minutos marcaba el reloj oficial de la Maratón de Valencia, cuando llegué a la meta con mi cámara. Me la había perdido casi toda, (estaba con la Sanford amenizando en la calle), y tenía un concurso fotográfico por delante, y algo más de escasa media hora de goteo de atletas. Los últimos héroes de aquella mañana de domingo.
Aún así, estoy muy contento con lo que pude cazar. No quiero ni pensar qué hubiera pasado si hubiera cogido todas las llegadas. (Nota mental para el año que viene).
Completar una maratón, independientemente del tiempo, tiene una carga simbólica y de superación personal difícilmente igualable en otros deportes, y es realmente fácil contagiarse de la carga emotiva de muchas llegadas.
Una música adecuada, de épicos acordes mayores, ayuda aún más. Y dentro de este ambiente, sale al trote una niña pequeña desde la meta, en busca de su padre, para recorrer con él los últimos 30 metros. El padre conjuga en su rostro una dramática mezcla de alegría y sufrimiento. La ráfaga de la canon va como loca en ese momento…
Ya tengo la foto para el concurso- pienso al llegar a casa. Esta estampa supera en intensidad a todas las demás.
Y mientras ordenaba y clasificaba las fotos, escucho en la televisión a un responsable de la organización, que entre otras cosas, toca este mismo punto de padres e hijos en la llegada. Cual es mi sorpresa que lo hace desde la preocupación, y lo trata con palabras muy sensatas, como un problema serio que perjudica a la prueba, ya que en esos momentos los padres está muy cansados, pudiendo fallar las piernas, haber accidentes, etc
Tras estas palabras, decido no incluir la foto entre la selección para el concurso. (esta y otras similares). No obstante, la comparto por aquí, porque sigo pensando que es de lo mejor que saqué esa mañana. No creo que haya que objetar nada a las familias protagonistas de estas estampas, pues lo hacen desde el desconocimiento, y no es tan inmediato este razonamiento, y si lo es el recibir con orgullo a un esforzado padre. Dicho esto y con todo el dolor fotográfico del mundo, apoyo las palabras de la organización.