01 diciembre 2008

Roberto Marquino

El Caballero de la mano extendida
El caballero de la mano extendida. Valencia, 2008

La semana pasada, me reencontré con Roberto Marquino.

Para los que aún no le conozcan, Roberto pasa por ser una de mis principales referencias fotográficas. Y lo es básicamente por su manera de entender la fotografía.

Roberto utiliza una Rolleiflex de formato medio del año 52 con la que se ha recorrido ya, desde Japón, incluyendo su capital Tokio, hasta las remotas islas del oeste de Canadá, (donde por cierto, casi pierde la vida) pasando por Oporto o Londres entre otros rincones.

Sus carretes de 10 fotos de negativo cuadrado 6x6, contrastan con las metralletas en que las que se han convertido las cámaras de hoy en día, valorando así cada disparo como un momento clave que merece ser fotografiado.

El zoom de su lente, al igual que el ojo humano, funciona dando un paso hacia adelante, (ultra zoom dando 10 o más), y su gran angular, se activa dando un paso para atrás.

En el mundo Flickr actual, sobresaturado de imágenes y de photoshop, me cuesta encontrar un planteamiento más moderno y vanguardista que el de Roberto. Ya que realmente, el sí consigue diferenciarse con su Rollei.

Para mi desgracia, yo no puedo negar mi condición de esclavo de la tecnología y del procesado digital, pero aún así, me queda una bonita conexión con él, y es el modo de fotografiar a la altura del pecho. (Modo que mantendré con la nueva cámara a través de un gadget recién adquirido que ya os mostraré en su momento).

Aquel sábado, di incluso un paso más para entender el origen de la Rollei, al conocer a la persona que se la regaló. Otro fotógrafo y artista con todas las letras, que bien se merece que le dedique una entrada similar a ésta cuando pueda retratarlo convenientemente. Sólo adelantaré que él, Francisco Hernández, fue el que advirtió el parecido de Roberto con la estética de los cuadros del Greco, encargando incluso para él, una gorguera para caracterizarlo.

Juzgad vosotros mismos.


El caballero de la mano en el pecho.
© El Greco

7 comentarios:

Yolanda Del Mar dijo...

Enhorabuena por este excelente artículo con aire de nostálgia.

Y como no, ensalzar la figura de Roberto Marquino. Me resulta romántico imaginar que alguien aún sigue atado al negativo con esa pasión.

Un Saludo Alfonso.

Alfonso dijo...

Gracias por el comentario Jose!

A veces nos perdemos entre tanto pixel intangible que puede desnaturalizar la magia de la fotografía.

Yo esa época me la perdí, pero intentaré transmitir con otras armas.

Un saludo!

alaluzdeunaluciernagaazul dijo...

Realmente el parecido es increible... :)

Anónimo dijo...

Vaya vaya, asi que por fin se ha publicado una foto de roberto con su nombre y todo... enhorabuena!

y tienes razon, las fotos "marquinianas" tienen algo que las hace distintas, pero mas que por ser analogicas yo diria por su dogma de hacer las fotos con el bajo vientre y por su total fidelidad al formato cuadrado... a ver si alguna vez podemos quedar los 3 que tus photowalks me ponen los dientes largos!

Por cierto, enhorabuena a tu amigo Carlos por sus fotos.
Héctor.

VolVoreta dijo...

Realmente interesante este hombre. He buceado un poco en los enlaces y pienso que es un artista a no perder la pista.
Gracias por compartir y descubrirnos su trabajo...
Tu retrato ha conseguido captar parte de su alma. El detalle de la mano en movimiento me ha "atrapado".
Un abrazo

Alfonso dijo...

Exacto Hector! Le tuve que pedir permiso. Aunque ya Kirai publico una foto suya muy guapa hace unos meses.
A ver cuando nos volvemos vemos y te fotografio a tu tb!Si te dejas claro ;)
Gracias por el coment, el fotolog no me deja comentar sin cuenta, pero sigo pendiente de lo que subes!
Me gusta la vision elevada de la fabrica!

Luciérnaga, lo mejor es el parecido en genialidad.

Volvoreta, disparar a velocidades bajas es problematico porque a poco que se mueva el objeto a tu camara, adios foto, pero en contadas ocasiones te da efectos inesperadosinteresantes como el movimiento de la mano.
Gracias amiga, un saludo!

Anónimo dijo...

Alfonso, eres un poeta!

Nai