29 junio 2006

Toc-Toc-Toc..........

Publicado en mi anterior blog el día 05 de mayo del 2006


Pues resulta que en Alemania, al finalizar una clase, conferencia o exposición, los alumnos suelen agradecer la charla con una serie de golpecitos sobre la mesa con el puño cerrado, a modo de sobrio aplauso germano como reza “onomatopéyicamente” el título.

Del mismo modo, en Upa Dance, las niñas divinas de la muerte con sus calentadores de colores, aplaudían para dar por terminada la sesión de bailoteos mientras se miraban y en el macro-espejo del aula, recreándose en su propia belleza.

En nuestra cultura universitaria, es costumbre aplaudir sólo en las conferencias no lectivas, y no es nada habitual regalar aplausos al profesor que te explica todos los días.

Cuando se acaba una clase, el profesor viene a decir algo como: “bien, lo dejamos aquí, seguiremos el viernes”, e inmediatamente se escucha un frío ruido de sillas moviéndose y de libros cerrándose.

La mayoría de las veces puede que sea lo que se merezcan, dada la apatía y desmotivación general del profesorado por hacer las cosas bien, pero afortunadamente tenemos excepciones.

El otro día, vino un profesor de composición de otro grupo, sustituyendo al nuestro por una clase, demostrando muy buenas maneras, regalándonos 2 horas de lección productiva y entretenida. Me hubiera gustado que la clase le agradeciera su esfuerzo de alguna manera, y es entonces cuando pienso que estaría muy bien que en España tuviéramos la tradición de los golpecitos en la mesa.

Hay un dicho que dice que es de bien nacido ser agradecido, y por eso os invito a promover la cultura del golpecito en la mesa después de cada clase, en señal de respeto y agradecimiento.

Si tenéis algún profesor muy capullo, pues a ese no, va. Pero yo creo que de los mediocres para arriba no estaría mal adoptar esa costumbre.

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